La segunda causa de cáncer de pulmón según la OMS

El Radón es un gas y ahí radica su verdadero peligro, porque puede introducirse en nuestras vías respiratorias al inhalarlo, ínstalandose en nuestros tejidos. Pero no es el radón en sí mismo el que daña nuestra salud, sino sus descendientes. Cuando a partir del radio, por desintegración, se forma el radón, como este tiene una vida muy corta (3,8 días), se desintegra en nuestro interior para dar lugar a sus descendientes, a la vez que se emiten partículas alfa que son las que ionizan nuestras células y las vuelven cancerígenas.